jueves, diciembre 01, 2005

Algo de sinceridad con los niños

Me he dado cuenta de que soy muy sobreprotectora con los niños del kinder donde hago mi servicio. Quiero decir, llega un niño y me dice:

-Mira mi dibujo - y el dibujo sinceramente está como recién sacado de la taza del baño después de ser arrollado por un elefante de una tonelada.
Me digo a mí misma "Maten la sonrisa" y le contesto:
-Está hermoso, ahora vete a tu lugar y ojalá que el dibujo no llegue a manos de tus padres... o personas que te puedan chantajear en el futuro

He notado mucho esta tendencia a sobreproteger a los niños sobre todo en los últimos años. Nadie quiere herir sus sentimientos porque de lo contrario, los pobres niños quedarían traumados por el resto de sus vidas y fracasarían en su vida social, laboral y amorosa. El país se quedaría sin futuro y demás cosas por el estilo. Si yo le dijera "Hey niño, trata de hacerlo mejor" seguro que el niño le pediría su opinión a otra persona adulta hasta que le den la razón. Y es que así son los niños de hoy, saben que siempre habrá alguien que les dirá lo que quieren oir,

Recuerdo muy bien que una vez (iba yo en 6° de primaria) mi maestra me hizo leer en público, yo estaba aterrada al sentir las miradas de todo el salón puestas en mi. Y leí horrible, tartamudeé, no pronuncié bien algunas palabras, etc. Mi maestra me dijo "Lees terriblemente mal. ¡No sabes hacerlo!" Me sentí muy avergonzada y llena de rabia. No contra la maestra ... de acuerdo, lo admito, tal vez un poco con ella , sino contra mí y mis nervios. Y es que yo adoraba leer (y aún lo sigo adorando) y me pareció algo injusto que la maestra me dijera que no sabía hacerlo. Así que la próxima vez que me tocó pasar al frente a leer lo hice lo mejor que pude para demostrarle a la maestra que podía hacerlo.

No es tan malo un poco de sinceridad con los niños. No estoy diciendo que debamos decirles: "¡Tu dibujo parece un pedazo de excremento de perro aplastado por la vida!", pero al menos debemos retarlos para que deseen ser mejor cada día y que corrijan sus errores. Hace poco me comentaron que despidieron a la maestra de mi hermano porque, para ejemplificar que no debían de pararse de su asiento le puso a un niño cinta canela en el pie. La madre fue indignada a hablar con la directora y adiós maestra.

Supongo que la próxima vez que un niño venga a pedirme su opinión le diré: "Yo sé que tú puedes hacerlo mejor y si no, siempre podrás dedicarte a trabajar de político"

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