miércoles, abril 15, 2009

Blah... I'm back (así, en english)

TENGO que volver a escribir. Así, con mayúsculas. No importa lo que me cueste. TENGO que hacerlo. Si no lo hago, sincera y honestamente, no sé qué va a ser de mi puta vida. ¿Por qué? La respuesta es muy sencilla: escribir, es lo único que sé hacer. Ja ja. Qué risa. Escribir también es lo que peor sé hacer. Así que si se juntan esas dos oraciones se puede obtener la calidad de persona que soy. Osea, una mierda. Pero qué importa. ¿Quién no es una mierda en este mundo? Todos. De una u otra manera.

En fin, me salí del tema. ¿Cuál era el tema? No lo sé.

Ya no lo sé. Creo que nunca lo he sabido y creo que nunca lo sabré. Ea ea.

Me di cuenta que tenía que volver a escribir… hago un paréntesis que no es paréntesis sino puntos suspensivos, para decir que todos los días mientras estoy acostada en mi cama mirando al techo, pienso: “debería estar escribiendo”, cierro el paréntesis, que son puntos suspensivos... el otro día por la noche, cuando regresaba de la central de autobuses con la cabeza fuera del taxi cuan (¿o cuál? Lo investigaré luego) perro consentido (como el shampoo) y miré la luna. La luna estaba ahí, hermosa. Hermosa, hermosa. ¿Ya dije que estaba hermosa? Bueno, estaba hermosa. Y la vi. Estaba naranja, muy naranja. Y como se puede notar a simple vista, no pude evitar percatarme (y admirarme) de la amplitud de mi vocabulario. Después me dije a mí misma: “sacaré a la poeta que hay en mí (odio a los poetas, por cierto) y describiré a la luna, la compararé, le escribiré el verso más bonito del mundo”. Casi lo logro, es decir, escribirle el verso más lindo del mundo. Dicho verso es este: “Suspendida en el cielo, como una esfera del dragón, se encuentra la luna naranja”. Entonces, después de haber compuesto tal obra de arte, tal genialidad, me dije a mí misma: “tienes que volver a escribir Liz, no es justo que prives al mundo de esta sublime capacidad de hacer poesía. El mundo no tiene la culpa de tu pereza y de tu desidia".

Así que mundo, aquí estoy. Seguiré escribiendo. Porque soy terca, o al menos eso dice mi signo zodiacal.

Pero ya no creo en la astrología, porque una bruja me mintió y me robó sesenta y cinco pesos en una tirada del tarot. No ya no.

(Por cierto... un año sin escribir. Mi gato ahora es un hermoso hombre-gato, está bien no, sólo que ya es adulto)

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