miércoles, septiembre 13, 2006

Del amor y otras tonterías

Sigo viva.

Sé que no me aparecía por aquí desde hace un buen tiempo y también sé que la inconstancia es sinónimo de mediocridad y por lo tanto es un gran defecto. Pero estoy tratando de corregirlo, verdaderamente.

No sé. En este tiempo sin blog he reflexionado acerca de la vida, del amor, la amistad y otras cosas (Dios, ahora que lo releo eso sonó tremendamente cursi, pero lo dejaré así) y he llegado a la conclusión de que no me casaré. Mi mamá me dice: "Más rápido cae un hablador que un cojo", pero yo no le encuentro mucho sentido a pasarme toda mi vida con una persona que tiene muchas probabilidades de serte infiel en algún momento (culpen a las estadísticas, no es idea mía), una persona con la que te pelearás y llegarás a los insultos muy probablemente, que también muy probablemente se pasará la mayor parte del día trabajando y llegará tan cansada por las noches que no tendrá ganas de hablar contigo.

Tal vez sean ideas mías y el amor lo venza todo, cual telenovela mexicana. Pero mientras tanto, me mantengo escéptica. Nunca me he enamorado y obviamente nunca me he casado, por lo mismo no puedo decir: 'Estar casado es buenísimo' ó 'estar casado es lo peor que me pudo haber pasado'. Mi experiencia se limita a observar a mi alrededor y darme cuenta de que el 90% de los matrimonios están a disgusto, caen en la monotonía o no se comunican. Y esto sin contar a los que ya se divorciaron.

Me han dicho: "Cásate para que no estés sola". Pero creo que casarse para evadir la soledad es la mayor tontería que uno puede hacer. Sentirse solo no es lo mismo que estar solo. Es como quien te dice: "Hay que tener hijos para que tengas a quien te cuide cuando estés vieja". ¿Qué culpa tiene el pobre niño de tener que cargar con su madre o su padre a sus espaldas?

Tal vez algún día me enamore y escriba cosas rosas e incluso me arrepienta de haber escrito esto. Pero de momento...

No hay comentarios.: