sábado, septiembre 10, 2005

Filosofando en el baño.

Me decidí. Decidí comenzar otro blog ¿La razón?... pues en esta ocasión son varias, una de las cuales es que cuando estoy con mis amigas siempre les cuento un montón de barbaridades, un día, una amiga muy cercana me dijo "Sería una locura que te pusieras a escribir todo lo que dices". Al día siguiente me dije ¿Por qué no? y así comencé a maquinar esto... sin embargo la verdadera historia de estos delirios comenzó el jueves a las 9:14 de la noche.

¿Tienen tiempo de escucharla? Pues aquí va...

Estaba yo viendo un programa de televisión (nada en concreto) cuando me entraron unas tremendas ganas de ir al baño. Como casi todas las personas que tienen ganas de ir al baño, obedecí mis instintos y me encerré con una revista, decidida a salir de ahí pronto para seguir viendo televisión (cambiando canales).

9:20 p.m. Acabo de entrar en el baño, comienzo a abrir la revista y pensar en diferentes cosas (si se preguntan, mi mente divagaba por mis artistas favoritos)
9:25 Sigo en el baño...
9:30 Sigo en el baño

¿Qué se imaginan que me sucedió? Sí, lo imaginaron bien. Estreñimiento. ¿Qué? no me digan que a ustedes no les ha pasado algo similar. Si se lo dijera a una amiga en concreto me diría "Kya, no hables de eso"... como si a ella nunca le hubiera pasado algo similar. Hasta a las personas famosas les pasa, otra cosa es que no los imaginemos en tal situación (y creánme, no es agradable imaginárse a las estrellas de Hollywood estreñidas).

Dejando esa situación de lado y regresando al baño...

Mi mente abandonó a las estrellas Hollywoodenses y se concentró en mi problema. ¿Qué me habría hecho mal? ¿Me faltaba fibra? Fue entonces cuando llegó a mi mente la idea de algo: ¿Por qué las mujeres sufrimos más que los hombres?

Sí, miren, las mujeres tienen que sufrir cuando les perforan las orejas (en realidad esto no es tanto sufrimiento), pero después, alrededor de los 11-15 años empieza otro de los sufrimientos, sí, saben de que hablo: la menstruación. Y a partir de cada mes tenemos que soportar nuestro mal humor, los granitos en la cara (que a algunas le salen), la inflamación, los cólicos, andarse cuidando la ropa.¡Y todo eso cada mes!... Luego, cuando nacen los hijos (no he tenido hijos, pero dicen que es muy doloroso) las mujeres tienen que soportar las nauseas, la depresión post-parto, los dolores de parto, la recuperación de peso. Aunque no digo que no valga la pena, traer un hijo al mundo debe ser algo muy hermoso; sin embargo, ese no es el punto ahora.

Empecé a divagar en mis pensamientos: Los hombres no sufren cólicos cada mes, ni tienen que soportar los dolores de parto, ni la discriminación, sin contar con que las fuentes científicas informan que el placer sexual que sienten los hombres es mayor al de las mujeres. ¿Es eso justo?

Lo justo sería que si nosotras, las mujeres, tenemos que soportar eso, los hombres soportaran el estreñimiento. Como ven, todo esto se me pasó por la mente en una ida al baño. Fue entonces, a las 9:35 de la noche, cuando salí del baño y decidí comenzar con este blog.

Aguanten que todavía tengo más delirios... espero que estreñimiento no.

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